1939: MARÍA ESPAULELLA CARRERAS, LA PRIMERA REGIDORA DEL AYUNTAMIENTO DE CASTELLDEFELS

Hacía años que tenía curiosidad por saber quién había sido esta mujer, dado que figura en las actas de los Plenos del Ayuntamiento de Castelldefels como la primera en ocupar una de sus concejalías.

Ejerció el cargo sólo durante unos meses, justo con el primer equipo de gobierno franquista. No hubo otra hasta la llegada de la democracia, el 9 de abril de 1979, con África Lorente Castillo (del Partido de los Socialistas de Cataluña – Partido Socialista Obrero Español) y Lluísa Farré Artal (por Esquerra Republicana de Catalunya – Frente Nacional de Cataluña). Posteriormente, ha habido muchas más (e incluso dos alcaldesas desde el año 2015).

Fotografía de María Espaulella, que nos ha facilitado Jordi Tresseras,
quizás entre 1945 y 1950

No obstante ello, a María Espaulella no la recordaba ninguna de las personas que yo he conocido que vivieron aquellos años de finales de la guerra civil e inicios de la larga posguerra en Castelldefels. Todas las personas con las que he ido hablando eran en ese momento muy jóvenes y no guardaban memoria. Niños o niñas o, a lo sumo, en la adolescencia, sin mucho contacto con la vida diaria del consistorio municipal antes de 1940.

Ahora, gracias a la enorme amabilidad del amigo Jordi Tresseras, que me ha facilitado algunos datos sobre la biografía de esta primera regidora, he podido finalmente acercarme a la vida de María y entender el porqué de su paso casi silencioso por la historia de nuestra ciudad.

Tenemos también una foto de María cuando era  niña, de mediados de los años veinte, gracias a la búsqueda de información sobre ella de otro amigo, Enric Ferrer Batet, al que agradezco así mismo su ayuda[1]. Si se observan ambas imágenes, sin duda la mirada y sonrisa es la misma.

Sobre la información del momento histórico la labor de un tercer amigo que ha trabajado mucho en la historia contemporánea de Castelldefels, Jorge Navarro Pérez me ha sido de mucha ayuda.

Aún falta, sin embargo, un estudio pormenorizado que recuerde en toda su extensión la represión vivida en aquellos años en la ciudad por parte del régimen franquista, tanto a nivel policial como social, y que nos ayude a tener una perspectiva más amplia de lo que fue la vida en la ciudad en ese 1939 y años siguientes.

FERUM VICTOREM

Cerca ya del final de la Guerra Civil, el 24 de enero de 1939 las tropas franquistas del Cuerpo del Ejército Marroquí, con el faccioso general Yagüe al frente, llegaban a Castelldefels[2] y establecían en ella varias bases para los mandos y la tropa, tanto por la ciudad como en la playa (como el castillo, Baños de Castelldefels[3], etc.), como paso previo a, un par de días después, la toma de Barcelona.

Con dichas tropas llegaron a la ciudad el capitán Mariano Pérez y el soldado de Coruña Manuel Prado Chao. Una de sus tareas era nombrar alcaldes afectos al Movimiento en cada ciudad. Tras unas rápidas averiguaciones, a las 12,10 h del día siguiente al de la llegada de las tropas, el 25 de enero, tuvo lugar el nombramiento de la Comisión Gestora Provisional del Ayuntamiento de Castelldefels por parte de Manuel Vivanco Bethencourt, miembro del cuerpo jurídico militar del del Cuerpo del Ejército Marroquí[4]

Se eligió como alcalde a José Mestres Perals y como concejales a Ramón Mariné Prats, Antonio Elías Raventós (a la izquierda, en una imagen de 1940 en la ermita de la Santísima Trinidad de Sitges, que me ha facilitado Enric Ferrer Batet) y a Maria Espaulella Carreras

Ella sólo tenía 21 años y, como ya hemos indicado, fue la primera concejala que ocupó ese cargo en la ciudad, aunque -ciertamente- no fue elegida democráticamente. A ella se la nombra en el acta como "señorita", dado que aún no estaba casada. Antonio Llopis Climent actuó como secretario habilitado[5].

Los dos primeros hombres antes mencionados que la acompañaban en el consistorio ya habían ocupado plaza de concejal en los primeros años de la República. El tercero, Antonio Elías, no, pero había tenido un hermano como regidor.

Ninguno de ellos había tenido una gran significación política, que sepamos. De Mariné se sabe que había votado a la derecha, pero poco más. En todo caso, debía ser conocido que eran de derechas y tenían de alguna manera experiencia en la gestión municipal. Los tres concejales y María fueron elegidos seguramente por ser personas reconocidas como “de bien y de orden” (es decir, de derechas) por los vencedores, como también señala Jorge Navarro[6].

No hay constancia de que estuvieran afiliados a Falange, un partido político español de ideología fascista​​ fundado en 1933 por José Antonio Primo de Rivera[7]. En Cataluña no tenía muchos miembros antes de la Guerra y seguramente el miedo durante el conflicto armado a que se supiera en el Castelldefels republicano que alguien era simpatizante de dicha entidad evitó que muchos se afiliaran en ese momento, al menos de forma pública. Tras la llegada de las tropas franquistas, algunas personas se afiliaron a dicha formación, llegando dos de ellas, como mínimo, a ocupar el cargo de alcalde con el tiempo (una de ellas inmediatamente antes de la llegada de la democracia).

Es curioso que ninguno de los seleccionados para los cargos fuera miembro de familias adineradas de Castelldefels ‘de toda la vida’ como la Viñas, Balaguer u otras. Se contaban entre los mayores propietarios de la ciudad, y sus terrenos en muchos casos habían sido colectivizados por el gobierno republicano de la ciudad[8]. Un Viñas, unos años después, si ocupó la alcaldía.

DE BARCELONA Y VERANEANTE EN CASTELLDEFELS

Como ya he escrito, ignoro el por qué exacto del nombramiento de la joven María como regidora, sin tener experiencia municipal previa. No consta en el padrón de 1936 ni en el de 1940 de Castelldefels (los de los años 1937, 1938 y 1939 se han perdido).

Siendo mujer y muy joven, no era fácil que en aquel contexto franquista eso la beneficiase para ocupar un cargo no relacionado directamente con cuestiones tenidas entonces como femeninas. Imagino que tuvo alguna relación especial con las personas de derechas que vivían en la ciudad durante la Guerra Civil, y su posición política franquista y la de su familia debía ser conocida por ellas. Tal vez sus padre y hermano mayor no quisieran el cargo por tener la responsabilidad en Barcelona de la empresa familiar que gestionaban, y se pensara en María, como una buena opción. Pero todo ello no pasa de ser una suposición, que espero algún día poder contrastar de alguna manera.

Incluso, de hecho, cabe indicar que ella no era natural de Castelldefels, y quizás ni siquiera hubiera estado empadronada en la ciudad, si no hubiera sido por el conflicto armado que vivió España tras el inicio del golpe de estado militar de julio de 1936.

María Espaulella Carreras había nacido el 25 de octubre de 1917 en Barcelona. Su padre se llamaba Federico Espaulella Pujol, y había nacido el 4 de febrero de 1878 en Manlleu y falleció en Barcelona en 1942. Su madre se llamaba Lluïsa Carreras Weberman, y había nacido en Barcelona en 1884, muriendo posiblemente en dicha ciudad en 1953. María tuvo cuatro hermanos.

Su abuelo materno, Joan Carreras Puig, era el propietario de una fábrica de chocolate en la Rambla dels Estudis, donde se elaboraban también bombones y se podía tomar un café o un té. La familia tenía una importante actividad social en el barrio. Frederic Espaulella, el padre de María y yerno de Joan Carreras, se hizo cargo de la fábrica y tuvo una importante actividad social en el barrio donde fue miembro de la junta directiva de la Agrupación de Vecinos de las Ramblas, que llegó a presidir, así como de la Comisión de Obras y Mejoras que impulsó el Ayuntamiento.

María colaboró ​​muy pronto en el negocio familiar y el 6 de agosto de 1933, con 15 años, obtuvo el certificado en la Academia Cots de Barcelona de tenedora delibros (contable).

En aquellos años, durante la República, su familia tenía algún dinero y pudo comprarse en Castelldefels una casa de veraneo, que aprovecharon durante la Guerra Civil para instalarse en ella temporalmente y huir de los bombardeos que sufría la capital catalana (y que Castelldefels también vivió).

Jordi Tresseras me ha explicado que su casa estaba por el barrio de la Pineda, en la playa, y se conocía como Torre La Barcarola (canción folclórica interpretada por los gondoleros venecianos) por la opera "Los Cuentos de Hoffman" de Jacques Offenbach y libreto en francés de Jules Barbier.

El final de la guerra, pilló a María viviendo en Castelldefels, donde también vivió el inicio de la posguerra, probablemente con su familia. No sabemos si estuvo empadronada en la ciudad, dado que faltan en el archivo los tres padrones (1937, 1938 y 1939) de los años en que ella o sus familiares quizás estuvieran censados en Castelldefels.

Durante el conflicto armado, colaboró con el comedor social que se había instalado en la ciudad, junto con Trinidad India Godia, que tras la llegada de los franquistas fue detenida y metida unos años en la cárcel por sus actividades con la CNT probablemente. María debía tener veinte años.

La fábrica de chocolate de la familia en Barcelona, dada la falta de materias primas de la posguerra, se convirtió, tras la toma de Barcelona por Yagüe, en una tienda de ultramarinos y comestibles de la que se hizo cargo su hermano Frederic Espaulella Carreras (Barcelona, ​​1905-1984).

SU PASO POR EL AYUNTAMIENTO

Ya concejala parece ser que se encargó de la atención a las personas necesitadas y organizó un comedor social. María fue yendo a todos los plenos, y eso que hubo varios cada mes, por lo que imagino que ella y su familia estuvieron viviendo aún en Castelldefels al menos hasta el otoño de 1939, mientras volvían a ponerse al frente con normalidad de su antiguo negocio.

Sobre este tiempo escribe Jorge Navarro: «El llenguatge del nou regim no es recull normalment a les actes municipals. Un dels pocs exemples es produeix quan el regidor Mariné proposa: "... instruir un expediente para depurar los perjuicios y responsabilidades irrogadas a este Municipio e incurridos por los dirigentes marxistas, respectivamente, durante el dominio rojo, haciéndose públicas dichas actuaciones por medio de edictos al objeto de que puedan concurrir también los particulares perjudicados durante la expresada etapa revolucionaria" y “Les funcions d'aquestes comissions gestores, generalment, consistien en: l'adquisició de queviures i el racionament deis productes més bàsics ¡ anul·lar les decisions preses pels governs municipals durant la república i la guerra, especialment les que feien referència a la confiscació de propietats, i que ràpidament es tornen a Ilurs propietaris legítims, garantir el control de la població, sobretot dels qui s'havien significat durant l'etapa republicana; i instruir expedients de depuració dels funcionaris civils per tal de consolidar la lleialtat de les corporacions municipals al nou règim. És a dir, havien d'aconseguir una ràpida normalització de la vida de la localitat. Unes obligacions molt difícils donades les circumstàncies, i que provocaran la substitució de moltes d'aquestes al cap d'uns mesos. Per tal d'aconseguir aquests objectius, al començament s'acompleixen al peu de la lletra les Ordres marcades pel governador militar Eliseo Álvarez-Arenas y Romero i, més tard al juliol, amb la guerra ja acabada, pel primer governador civil, Wenceslao González Oliveros”[9].

CESIÓN DE UNA MÁQUINA DE ESCRIBIR DESAPARECIDA DURANTE LA REPÚBLICA

La familia apoyó al nuevo ayuntamiento. No hay mucha información al respecto, ciertamente, pero vemos cómo el padre cedió gratuitamente una máquina de escribir a la corporación municipal, dado que no se encontraba la que allí hubo, cesión que no vemos planteada antes de la llegada de las tropas fascistas de Yagüe: «La Presidencia dice que, debido a que los rojos robaron la máquina de escribir marca “Continental” IV, propiedad de este municipio, se hacía sentir la necesidad de contar con otra máquina para poder hacer frente al intenso trabajo que pesa sobre la Secretaría de este Ayuntamiento; y que, habiendo hablado del asunto con el propietario de esta vecindad D. Federico Espaulella Pujol, este señor se brindó espontáneamente a prestar una máquina de escribir que posee, marca “Underwood”, número 1.236.961, hasta que el municipio haya podido recuperar la desaparecida, adquirido otra o bien que el propio Sr. Espaulella tenga necesidad de usar la que presta. Agrega que dicha máquina fue llevada a reparar a la Casa J. Vidal, de Barcelona, habiendo ello originado un gasto de 20’- pesetas»[10]. Se decidió abonarle el gasto, agradecerle la cesión y aceptar el préstamo de la máquina.

En realidad, dicha máquina de escribir no había sido robada por los rojos, pero si es verdad que había sido robada poco más de un año atrás. Ello pasó durante la noche del 6 al 7 de enero de 1938, cuando un ladrón se la llevó del muy viejo edificio del ayuntamiento situado en la actual plaza Mayor, que era además el Juzgado y la Casa del Pueblo de la Castelldefels, y que propició el cambio de sede del consistorio municipal, debido a que dicho robo, para las máximas autoridades municipales republicanas de ese momento, ponía en evidencia que hacía falta un nuevo local para el ayuntamiento con más condiciones de seguridad y más capacidad, por lo que se decidió el traslado del mismo a la casa municipal situada en la principal arteria de la ciudad, la carretera de Santa Creu de Calafell (entonces avenida de Lina Odena, bajo el franquismo Vía Triunfal y ahora Av. Constitución), más o menos en la esquina con la actual C/. Dr. Trueta, donde el ayuntamiento estuvo al final de la Guerra Civil y durante la primera época franquista, hasta que a inicios de la década de los cincuenta se ubicó en un edificio nuevo en su actual emplazamiento, en unos terrenos donados por Arcadi Balaguen en 1926. Señalar finalmente que esa máquina de escribir sustraída con nocturnidad fue localizada y recuperada unos pocos años después, cuando en enero de 1943 era detenido Ramón Guillamón García en la ciudad de Zaragoza “al frente de una banda de malhechores”[11]. Pero sin duda acusar genéricamente a los rojos de la sustracción, era más cómodo y rápido, que no el detalle preciso de lo ocurrido.

UN MANDATO BREVE

Pero, de repente en el acta del pleno del 16 de septiembre de 1939, cuando aún no llevaba ni ocho meses ocupando su cargo como concejala, tal y como se ve en el acta de ese día, y en una de las pocas veces -tal vez la única- que en las actas consta su intervención, ella indica que esa reunión de la Comisión Gestora Municipal sería probablemente la última a la que ella asistiría, ya que, de no presentarse algún obstáculo imprevisto, iba a contraer matrimonio el 19 de septiembre, y a continuación se trasladaría a su nuevo domicilio en Zaragoza.

Ni siquiera firmó el acta. Tal vez muy poco tiempo después del pleno ya abandonó completamente los temas municipales para dedicarse a los nupciales, y quizás incluso se fue de Castelldefels.

Este efímero paso por el ayuntamiento, y el no ser natural de la ciudad, ayuda a explicar el escaso recuerdo que dejó entre los jóvenes de Castelldefels de aquel momento, pese a los pocos habitantes que tenía el entonces pueblo.

SUSTO REPENTINO EN EL PLENO

El pleno quedó sólo con el alcalde y tres concejales, después sólo dos, pero de repente, cuando sólo hacía poco mes de ocho meses que habían sido nombrados por sus cargos, el jueves 5 de octubre de 1939, el gobernador civil franquista de Barcelona se presentó por sorpresa en Castelldefels para comprobar la existencia de unas escuelas laicas y 'separatistas'. 

En una encontró que Josep Mercader i Andreu (al que vemos a la izquierda en un retrato a lápiz de Santiago Lavilla Casagran, compañero del mismo años más tarde en la Rocalla, que me facilitó Miquel Sebastià), que hacía de maestro, daba clase a unos veinte niños y le acusó de que no les enseñaba el catecismo y que daba las clases en catalán. Hay voces que dicen que no era cierto. Sin embargo, Mercader y otro profesor fueron detenidos[12].  

El alcalde, en el Pleno del 5 de octubre, habló al resto de concejales (María ya no estaba) de la visita sorpresa, de que ni él ni el secretario habían estado presentes por no haber sido avisados, y de que habían sido citados en Barcelona por el gobernador civil al día siguiente. Los demás concejales le indican que podían acompañarlo, si lo estimaba conveniente.

Y por todo esto cayó el primer gobierno municipal franquista. Para el gobernador no tuvieron el cuidado suficiente desde la perspectiva fascista de lo que sucedía en la ciudad. En lugar del equipo cesado fue designado para el cargo un alcalde que era el jefe local de la Falange, Ramón Bou Castells, de sólo 29 años, que apoyaba de forma entusiasta al nuevo régimen faccioso que había ganado la guerra[13]. Bou había luchado en el ejército republicano, desertando tras la batalla del Ebro, en la segunda mitad de 1938. Se estuvo escondiendo cerca de la ciudad, y de vez en cuando se dejaba ver por su familia[14].

En el acta de posesión del cargo de la nueva comisión gestora municipal sólo son citados el antiguo alcalde para el arqueo de cuentas y entrega de llaves. Ni se le agradece la labor efectuada hasta entonces, ni se le menciona para nada más.

En todo caso, no tuvo ningún gran problema a la corta. De hecho, José Mestres volvió a ser alcalde de nuevo un par de años justo más tarde, desde octubre de 1941 hasta abril de 1944, al frente de la tercera comisión gestora municipal, sucediendo con normalidad al falangista Ramón Bou[15].

MARÍA ESPAULELLA EN 1939 Y DESPUÉS: POSIBLEMENTE FUERA DE LA POLÍTICA (Y SEGURO DE CASTELLDEFELS)

Se indica en el acta que la boda si no había obstáculos debía ser el 19 de septiembre, pero según Jordi Tresseras, se casó más de un mes más tarde en la iglesia de Santa Ana de Barcelona el 28 de octubre de 1939 con Luis Argenté Llanas (Aínsa, Huesca, 3 de junio de 1903 y murió quizás en Zaragoza en el año 1962). Posiblemente tras la boda se fueron a vivir a la capital aragonesa.

Él era catorce años mayor que ella, vecino de Zaragoza y viudo de primeras nupcias de Alícia Ribas Abardia.

Tuvieron cinco hijos (el mayor llamado Alberto), a pesar de morir María muy joven, sólo con 34 años el 19 de julio de 1952.

No consta que tuviera tras salir de Castelldefels ningún otro cargo político. Es muy improbable. De hecho, no se vinculó a nada en Zaragoza salvo la vida social, la música y la opera (a la que ella y su familia eran muy aficionadas). De hecho, a su hija Gloria Argente Espaulella, que sigue viviendo en Zaragoza, le hizo mucha gracia saber que su madre había sido concejala en Castelldefels en 1939, porque ella no lo sabía (su madre murió cuando Gloria tenía sólo dos años), según me ha comentado Jordi Tresseras. 

Si sus padres y hermanos continuaron con la vivienda en Castelldefels, seguramente volvería María a ella alguna vez antes de su muerte. En todo caso, Jordi Tresseras me indica que tras la muerte de ella, se vendió la casa a mediados de los años cincuenta del siglo XX.



[2] Jordi Amigó (2001) “Gener de 1939. Retirada i ocupación versus huida y liberación al Baix Llobregat” en El franquisme al Baix Llobregat, págs.. 43 a 214, Centre d’Estudis Comarcals del Baix Llobregat-Publicacions de l’Abadia de Montserrat, pág. 133.

[3] En el acta de 5 de abril de 1939 (la guerra finaliza oficialmente el 1 de abril) se escribe que se consulta al abogado asesor del ayuntamiento, Fernando Sans, sobre la situación legal de las instalaciones de Baños de Castelldefels SA, en el momento en que sean completamente evacuados por las fuerzas militares que en aquel momento y desde enero aún ocupaban. Dichas instalaciones previamente, durante el conflicto armado, habían sido incautadas por el ayuntamiento, y posiblemente habían servido como sede de un Centro de Reclutamiento e Instrucción Militar (CRIM) republicano en 1938 y ahora, por recomendación del letrado, se iba a poner un edicto en el Boletín Oficial de la provincia requiriendo a la representación legal de dicha entidad que se presentara en el plazo máximo de 5 días hábiles ante el ayuntamiento para hacer cargo del establecimiento.

[4] Jordi Amigó (2001) “Gener de 1939. Retirada i ocupación versus huida y liberación al Baix Llobregat” en El franquisme al Baix Llobregat, págs.. 43 a 214, Centre d’Estudis Comarcals del Baix Llobregat-Publicacions de l’Abadia de Montserrat, pág. 133.

[5] Acta del pleno municipal del 25 de enero de 1939.

[6] Jorge Navarro Pérez (2003) “L’època contemporània” en Josep Campmany Guillot;  Albert  López Mullor;  Jorge  Navarro Pérez;  Dolors  Sanahuja Torres;  Montserrat  Sanz Borràs “Castelldefels. Temps d'història” Ajuntament de Castelldefels, pág. 358-363. 

[7] Hijo del dictador Miguel Primo de Rivera, fue ejecutado por la República, con la guerra ya iniciada, tras ser condenado a muerte en un juicio por conspiración y rebelión militar. La fecha, casualmente, fua la misma que la del anarquista Durruti -en el otro extremo justo del espectro político- el 20 de noviembre de 1936, y coincide con la fecha de la muerte de Franco 39 años más tarde.

[8] Jorge Navarro Pérez (2003) “L’època contemporània” en Josep Campmany Guillot;  Albert  López Mullor;  Jorge  Navarro Pérez;  Dolors  Sanahuja Torres;  Montserrat  Sanz Borràs “Castelldefels. Temps d'història” Ajuntament de Castelldefels, pág. 358-363. 

[9] Jorge Navarro Pérez (2003) “L’època contemporània” en Josep Campmany Guillot;  Albert  López Mullor;  Jorge  Navarro Pérez;  Dolors  Sanahuja Torres;  Montserrat  Sanz Borràs “Castelldefels. Temps d'història” Ajuntament de Castelldefels, pág. 358-363. 

[10] Libro de actas del Pleno del ayuntamiento de Castelldefels del 16 de febrero de 1939, página 41 vuelta.

[12] Mercader salió de la prisión un tiempo después, volvió a Castelldefels y trabajó en la Rocalla.

[13] En el acta del pleno de 9 de marzo de 1939 se dice que él formaba parte de la Comisión depositaria de los bienes agrícolas del municipio como representante de Falange Española Tradicionalista y de las JONS. María no está en esta comisión

[14] Jorge Navarro Pérez (2003) “L’època contemporània” en Josep Campmany Guillot;  Albert  López Mullor;  Jorge  Navarro Pérez;  Dolors  Sanahuja Torres;  Montserrat  Sanz Borràs “Castelldefels. Temps d'història” Ajuntament de Castelldefels, pág. 363. 

[15] Acta del pleno de 9 de marzo de 1939 y Jorge Navarro Pérez (2003) “L’època contemporània” en Josep Campmany Guillot;  Albert  López Mullor;  Jorge  Navarro Pérez;  Dolors  Sanahuja Torres;  Montserrat  Sanz Borràs “Castelldefels. Temps d'història” Ajuntament de Castelldefels, pág. 364.

 

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