TORRES Y PIRATAS: ARQUITECTURA EN UN PUEBLO ATEMORIZADO

En el siglo XVI, el imperio turco continuaba su expansión, apoyando a los piratas berberiscos, que atemorizaban a la población de Italia o España que vivía cerca del Mediterráneo. En nuestra zona (de Montjuïc a Sitges) realizaron más de quince ataques entre 1500 y 1715.

Para hacerles frente, a mediados del siglo XVI la monarquía española decidió fortificar la costa mediante castillos y torres de defensa desde Colliure (Rosellón) a Ayamonte (Huelva). Como es de imaginar, eran los propios habitantes del territorio los que tenían que hacerse cargo del mantenimiento de todo el sistema defensivo.

Por ello, el 23 de febrero de 1550, las gentes de Castelldefels acordaron entregar el préstamo que les había pedido el barón del Eramprunyà para atender la reconstrucción del Castillo de la ciudad, que ese mismo año comenzó a reedificarse con piedra de marés rojiza, que hoy en día todavía es visible.

Los muros rojizos del castillo (izquierda) fueron construidos hacia 1550. Los de color blanquecino (derecha), hacia 1734. (A. López Borgoñoz)

En el resto de la ciudad también se construyeron una serie de grandes masías con torres de defensa anexas que nos hablan de una cierta riqueza en la época, pero también del miedo de los vecinos. 

En total, fueron diez las torres construidas en poco tiempo a partir del año 1558:
  • La de Climent Savall, alcalde de Castelldefels, construida en 1558; 
  • la de Gabriel Folcher, al lado de la anterior, en 1560; 
  • la de Antoni Janer (o Arús), también en 1558; 
  • la de cal Moliner, en la plaza Mayor
  • la de can Valls de la Muntanyeta; 
  • la torre de Can Gomar (o la Goma), hoy Casal de Cultura de Castelldefels; 
  • la de Can Roca de Baix; 
  • La Torre Fael, en Montemar 
  • La torre de la masía de can Vinyes
  • Y la torre Barona –dentro del actual Hotel Don Jaime- se levantó entre 1580 y 1590.
Esta torres se unían a las del siglo XIV, como la Torre de Guaita en la plaza del castillo, o la Torre Moruna, en el punto más alto de Bellamar.


La Torre de la Goma y su masía (actual Casal de Cultura), a mediados del segle XX. 
(Archivo Municipal)

En la actualidad, las torres están adosadas o conectadas con pasadizos fijos con sus masías, pero antes, en la segunda mitad del siglo XVI, las torres estaban conectadas con las masías sólo mediante un puente levadizo de madera.

En caso de ataque, la gente pasaba a la torre y se levantaba el puente, aislando a la torre y evitando riesgos. La puerta de la planta baja daba acceso sólo a un almacén y no tenía ningún sistema que permitiera alcanzar el primer piso. Con ello, la gente podían aguantar un ataque de los piratas, que normalmente no duraban mucho rato, salvando la vida y sus objetos de mayor valor.


Reconstrucción de cómo se debía ver la torre y la masía en la segunda mitad del siglo XVI.
(Foto: Archivo Municipal, retoque: A. López Borgoñoz)

Cómo debía verse la masía y el torreón con el puente levadizo bajado.
(Foto: Archivo Municipal, retoque: A. López Borgoñoz)

Detalle interior del rebaje en la ménsula de apoyo en donde giraba el puente levadizo cuando se alzaba. Se ve también un poco, bajo la construcción actual de piedra y cal del paso entre masía y torre, el antiguo paso de madera que unía ambas construcciones y que se conserva íntegramente. (Foto: A. López Borgoñoz)

Detalle exterior de la ménsula desde la que se levantaba o bajaba el puente levadizo.
(Foto: A. López Borgoñoz)

Basada -la primera parte histórica- en el texto de Josep Capmany 'Castelldefels i la mar'. Ajuntament de Castelldefels, 1998.

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