Homenaje a la memoria

Las ciudades tienen una parte de su memoria en sus muros y objetos materiales, así como en su documentación escrita, dibujada, fotografiada o filmada. Pero también la tienen en los recuerdos de la gente que las habitamos y que damos sentido a lo que pasa o ha pasado en sus edificios y calles.

Y es que, sin duda, la memoria de las vecinas y vecinos de una ciudad es tan importante para conocer su vida pasada, como la información histórica que nos proporciona un archivo. Recordar los hechos singulares con las personas que los han vivido, o la misma cotidianidad, nos proporciona una especie de tercera dimensión de lo que ha ocurrido en una villa, que se eleva sobre la información -a menudo plana- de textos e imágenes, y nos ayuda a entender mejor algunos detalles más o menos importantes de una forma que ni la mejor documentación nos deja entrever.

A mucha gente le preocupa la falta de objetividad de esta memoria individual, a veces lastrada por el paso de los años, o su posible uso interesado, pero cualquier otra forma de acercarnos al pasado también puede estar equivocada de forma intencionada por las autoridades o tener un fuerte sesgo subjetivo, que siempre hace necesaria una cierta pericia del investigador o investigadora para ser capaz de seleccionar lo realmente significativo, y dejar de lado lo que no lo es tanto.

Este esfuerzo por recuperar la memoria (o intereses culturales comunes) me sirvió para acabar teniendo una cierta amistad -y aprecio personal- con Maria Fusté Safont, Eladi Gandia Ferrer y Miquel Sebastià, nacidos en la ciudad (la primera en el castillo) a inicios de los años treinta del siglo XX . Hablar para rememorar sus vivencias con ella y ellos fue gratificante tanto por la calidad de sus recuerdos, como por las ganas de ayudar, así como en algún caso por la necesidad que ellos y ella sentían de homenajear a un antiguo profesor represaliado por el franquismo, a los brigadistas internacionales prisioneros y maltratados en el castillo por sus mandos, o la dura vida después de la guerra, muy especialmente de las mujeres de izquierdas. Pero primordialmente hablar de la vida en la ciudad, de sus cines, ocio, del estraperlo, sardanas, playa, de la educación, de la fábrica Rocalla…

Desgraciadamente, Miquel, Eladi y Maria han muerto en los últimos dos años. Muchas páginas de esta sección han recogido a lo largo de la última década y media alguno de sus comentarios o recuerdos. Mi agradecimiento a sus ganas de colaborar, conocimientos, talante y amabilidad nunca había quedado patente explícitamente por escrito. Espero que sirvan estas líneas para ello.

Por suerte, las conversaciones con estas tres personas quedaron grabadas o recogidas a menudo por distintas historiadoras e historiadores. 

Lo mismo ocurrió en otros momentos, afortunadamente, con Francisco Capacés de Cross, Antoni Barril, Manuel Fusté, Pere Casadevall y otras muchas personas. Esta recuperación de vivencias también se ha realizado por parte de Jordi Notó entre una decena de hombres de Castelldefels que han vivido desde hace décadas en la ciudad y, últimamente, por Mònica Pérez Masoliver y Carlos A. Ordás García en el libro “Memòries de Dones. Castelldefels, 1930-1969” presentado el pasado 31 de marzo y que recoge la memoria de 22 mujeres de Castelldefels, algunas ya fallecidas, por desgracia, poco después de realizarse las entrevistas que se han publicado.


Imágenes de Oriol Pagès de la mesa redonda sobre la Guerra Civil en Castelldefels

El 18 de noviembre de 2016 tuvo lugar un encuentro en la Sala Margarita Xirgu para recordar lo que fue la Guerra Civil con participación de Eladi Gandia, Maria Fusté y Miquel Sebastià, así como con Joan Torné, en una mesa redonda del GREHIC moderada por su presidente Jaume Tous.
De izquierda a derecha Maria Fusté, Miquel Sebastià, Jaume Tous, Eladi Gandia y Joan Torné








Maria Fusté explicando el mundo de la sardana a alumnos de primaria

Eladio Gandía y Alfonso López en 1987

Eladio Gandía en 1988 en la torre de Ca la Goma

Maria Fusté en los años cuarenta, en la plaza de la iglesia de Castelldefels. Ella es la segunda por la izquierda. (Familia Casadevall Fusté)


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