Un pirata del Baix Llobregat ataca Castelldefels...

El origen de la gran mayoría de imperios navales ha estado ligado a las actividades de los corsarios, los cuales no dejan de ser una forma de hacer la competencia al comercio de otros países por vías muy poco ortodoxas. La pujanza naval catalana medieval estuvo muy relacionada, desde el siglo XII, con los corsarios catalanes que se hacían a la mar y con la pericia que éstos acabaron teniendo sobre las aguas, tanto en la navegación como en el combate. Obviamente, otras potencias navales también usaron de corsarios para aumentar su poder y mantenerlo. Es el caso de ingleses, holandeses, franceses y, por supuesto, españoles...

Como ya sabemos, los corsarios eran marineros a los que el gobierno de un país les había concedido un documento público firmado llamado "patente de corso" que los autorizaba a atacar los barcos de países enemigos, así como a apoderarse de las naves y de sus cargas. Normalmente, era una actividad complementaria del tráfico comercial habitual pero, a menudo, a la larga, la dedicación a ser corsarios era en exclusiva. El negocio era el negocio y el ser corsario era muy arriesgado, pero lucrativo. 

Galera catalana del siglo XV. (Detalle de la Tavola Strozzi,. Museo di San Martino, Nápoles/Wikipedia)

La diferencia con la piratería es que los corsarios atacaban sólo a los barcos que su patente autorizaba (los enemigos) y nunca a los del mismo estado. 

Sin duda, los corsarios tuvieron la suficiente importancia para que, a pesar de las quejas que había sobre las actuaciones de los corsarios extranjeros (como los berberiscos hasta el siglo XIX en nuestras costas y nuestros barcos corsarios en otras, etc.) contra los barcos o posesiones propias, la actividad de los corsarios no se abolió en Europa hasta mediados del siglo XIX y en España llegaron hasta 19081.

De hecho, hubo muchos más corsarios que piratas a lo largo de la historia. Tener un puerto seguro al que volver era importante. Los piratas eran autónomos. Atacaban tanto a naves extranjeras como del propio país. Nada de discriminación.

Además, un buen método de acabar con la piratería era hacerlos corsarios. El poder de un estado les perdonaba las faltas pasadas si atacaban sólo naves enemigas. Era un buen trato, pero básicamente sólo para los piratas y los gobernantes, pero no para las naves y personas que eran asaltadas. Ningún pacto es perfecto, ya se sabe.

Pese a todo, en el siglo XV hubo un caso claramente de piratería en las costas del entorno barcelonés y tuvo lugar, precisamente, en aguas cercanas a Castelldefels. 

Europa y el mar Mediterráneo en el mapa de Fra Mauro (1459). ("The Fra Mauro World map" Piero Falchetta/Wikipedia)

La llevó a cabo el señor del castillo de Sant Boi de Llobregat, Joan de Torrelles, que estaba enfrentado con el Consejo municipal de Barcelona. 

Torrelles. al menos hasta la primavera de 1449, con uno de sus barcos había servido justo para lo contrario, para proteger el tráfico marítimo2

Pero en agosto de 1449 Torrelles armó la galera Sant Bertran en el puerto de Tarragona y practicó la piratería por su cuenta. El patrón de su nave era un marino de Sant Boi llamado Bartolomé Cerdanya. Sus hombres asaltaban barcos cargados de mercancías y se apoderaron de grandes cantidades de trigo, queso y aceite. El oro en cantidades reseñables nunca ha ido en barco sin protección. Se dice que también hacían prisioneros a algunos hombres y mataban a los que se le resistían. Vamos, lo que se supone que hacen los piratas de toda la vida. 

Para llegar a su captura y salvaguardar el tráfico marítimo, las ciudades de Barcelona, ​​Tortosa, Tarragona, Perpiñán y cada una de las islas Baleares hicieron pagar unos elevados tributos especiales a sus ciudadanos para armar una galera para escoltar a los barcos mercantes amenazados por las actividades de Torrellas.

Según explica el historiador de Sant Boi Carles Mira "Un dels incidents que major indignació produïren s’escaigué el 14 d’agost de 1449, en aigües de Castelldefels" (Uno de los incidentes que mayor indignación produjeron sucedió el 14 de agosto de 1449, en aguas de Castelldefels")3. La galera Sant Bertran se acercó a una barca de pescadores (de un tipo llamada en catalán 'leny' o leño en castellano) a la que conminó para que se entregara, pero ésta optó por huir. Perseguidos por los corsarios de Torrelles, un joven marinero de Garraf fue muerto de un disparo de ballesta. Su padre, desesperado, se fue a Barcelona, y cada día esperaba a los Consejeros clamando justicia con grandes gritos3,4.

Después de la acción en Castelldefels, Joan de Torrelles aún atacó algunas otras embarcaciones que se dirigían a Barcelona y otras poblaciones costeras. Temerosas sus tripulaciones, en los puertos de la costa catalana las embarcaciones permanecieron inactivas y amarradas en ese tiempo.

Finalmente, los consejeros de Barcelona armaron otra galera, comandada por Ramon Desplà, que seguramente era señor de Alella, y lograron capturar a la de Joan Torrelles en Alicante el 4 de septiembre del mismo año. La nave de Barcelona chocó con su espolón en un lado del barco de la galera San Bertran y, tras medio día de combates, los de Juan de Torrelles se rindieron. Veinte de los hombres de su barco murieron y muchos otros se ahogaron. Los barceloneses tuvieron que lamentar la pérdida de cuatro hombres, tres de los cuales eran remeros y un ballestero. Los heridos fueron 52. La nave pirata volvió a Barcelona amarrada a la galera de Desplà.

Galeota (galera pequeña) catalana del siglo XV. (Wikipedia)

En el año 1451, Juan de Torrelles volvió a estar del lado de las autoridades barcelonesas, que armaron una galera pequeña, una galeota, con la que Torrelles tuvo la tarea de proteger el comercio de la ciudad. Además de los marineros, el barco contaba con 89 remeros y 25 ballesteros, según cuenta el historiador de Gavà Josep Campmany4

Incluso, en el año 1457, con motivo del ataque de unas naves piratas genoveses a Barcelona y al Delta del Llobregat (desde hacía más de cien años había una pugna por el control del norte del Mediterráneo entre marinos genoveses y catalanes), luchó con Galcerà Dusay (que creo fue Conseller en Cap en Barcelona en la primera mitad de ese siglo) hasta obligar a los genoveses a reembarcar y abandonar el botín de su ataque3

Vista de galeras catalanas en Nápoles (1465), tras la batalla de Ischia, pintadas en la Tavola Strozzi,. (Museo di San Martino, Nápoles/Wikipedia)

Notas

[1] https://abcblogs.abc.es/espejo-de-navegantes/otros-temas/corsarios-espanoles.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F y https://armada.defensa.gob.es/archivo/mardigitalrevistas/cuadernosihcn/46cuaderno/cap04.pdf

[2]  Entrada de Johan de Torrelles en la Base de datos de la página web “Corsari del Mediterraneo è un archivio storico creato da Roberto Damiani dedicato ai corsari, pirati e ai loro cacciatori operanti nel Mediterraneo tra il XIII e il XVII secolo”, que sepuede ver en el enlace https://corsaridelmediterraneo.it/torrelles-johan/, disponible el 14 de febrero de 2021.

[3] C. Martí i Vila, Notes Històriques de la vila de sant Boi de Llobregat, Sant Boi, 1952.

[4] Josep Campmany "Pirates a la costa d'Eramprunyà". Extracte dela conferència pronunciada el 23 de desembre de1999 al Museu de Gavà, organitzada per l'Associació d'Amics del Museu de Gavà, disponible en la web https://docplayer.es/69766497-Pirates-a-la-costa-d-eramprunya.html el 14 de febrero de 2021, y Arxiu Històric de la ciutat de Barcelona, Llibres de deliberacions, consell del 18 d’agost de 1449 113v. Cita a C. Martí i Vila, Notes Històriques de la vila de sant Boi de Llobregat, Sant Boi, 1952, p. 27.

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