PLIEGUES HACIA EL CASTILLO

Tras la compra del castillo de Castelldefels y de su iglesia por el Ayuntamiento en el mes de diciembre de 1987, se pensó en cómo facilitar la llegada de público al mismo una vez terminada su restauración, que ya se esperaba fuera larga. Recordemos que el conjunto monumental se encuentra situado en lo alto de una colina a unos 60 m sobre el nivel del mar, con un fuerte desnivel desde el centro de la ciudad.

Así, al mismo tiempo que se llevaban a cabo las obras de restauración de la iglesia de la mano del Servicio de Patrimonio Arquitectónico Local de la Diputación de Barcelona, ​​durante el año 1993 la Corporación Municipal encargó a los arquitectos José Antonio Martínez Lapeña, Elías Torres Tur y Miguel Usandizaga el proyecto de adecuar el acceso al conjunto patrimonial a partir del Casal de Cultura (C /. Bisbe Urquinaona). La idea era facilitar la visita al mismo caminando desde el centro de la ciudad. Los arquitectos, para salvar las diferencias de altura entre la base y la cima de la colina, pensaron como solución construir una serie de rampas en zigzag con una suave pendiente que permitiera acceder a los peatones al castillo de una forma cómoda .

La rampa, denominada 'Pliegues', con un recorrido total de cerca de un kilómetro, se apoya en unos muros de contención de hormigón armado vertido en un encofrado perdido de planchas de acero corten plegadas y cortadas según unas directrices inclinadas. Estas planchas que sirven de acabado de los muros de contención se prolongan en sus extremos superiores para formar las barandillas de protección.

Como señala Javier Clemente en su libro sobre 'Escultura monumental en Castelldefels' << el acero oxidado por voluntad de los autores abre una amplia gama de efectos compositivos cambiantes bajo la luz que tienen una gran belleza >>.

Esta obra recibió el premio FAD (Fomento de las Artes Decorativas) del año 1993 por su tratamiento modélico de un espacio exterior.

Alfonso López Borgoñoz



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